Lluvia y truenos tamaño camioneta!
Eso decía el pronóstico para los 4 días en los que iba a estar en Iguazú.
Por primera vez iba a subir un avión y al parecer no sería en las mejores condiciones climatológicas… y así fue.
En el viaje, sobrevolaba las nubes y veía por primera vez a las ciudades desde otra perspectiva, podía observar como abajo nuestro, en la oscura noche, destacaban grandes relámpagos en lo que probablemente era una tormenta eléctrica.
Luego de disfrutar el vuelo, llegamos a tierra firme a las 7 de la mañana con 18º de temperatura en el ambiente, si bien se notaba que la lluvia también había llegado horas antes, la brisa cálida hacia esperar un clima un tanto diferente al previsto.
Ese día nos pasaron a buscar 13:35hs por la puerta del hotel, con un sol radiante y 29º. nos fuimos a conocer las famosas Cataratas del Iguazú del lado brasilero.
Una belleza inexplicable con palabras, es algo que las fotos e imágenes pueden llegar a mostrar, pero nada a comparación de vivirlo. El lado brasilero es un recorrido corto, de menos de 2hs, pero se pueden apreciar decenas de cataratas y saltos que se encuentran del lado Argentino, con una vista única e inigualable.
Al día siguiente la lluvia había llegado, si bien era de forma aislada y débil, se hacía notar.
Nos despertamos a las 7am ya que 45 minutos más tarde nos vendrían a buscar, fuimos a desayunar a falta de 10 minutos de la llegada del micro y observamos una mesa repleta e inmensa de variantes para desayunar, lo hicimos rápido y nos fuimos a recorrer Cataratas, pero esta vez del lado Argentino.
Llegamos temprano y ya se veía mucha gente, el guía nos comentó, en el camino a la primer parada, que tenían un mínimo de 100 días de mal clima al año en esta zona del país y que no nos preocupemos por la el lluvia, mientras hablaba y caminábamos, en las ramas de un árbol pudimos observar una bellísima ave, con un pico que resaltaba del verde monocromático del bosque, contemplamos 1 de las 5 especies de tucanes que habitan el Parque Nacional. Siguiendo el camino llegamos al primer objetivo, La Garganta del Diablo, desde una vista mucho más elevada que del lado brasilero, se podía escuchar el incesable ruido del agua al caer, con un caudal bien voluminoso, una belleza para cualquier persona en la faz de la tierra.
Luego fuimos a recorrer el sendero superior y por último el inferior, unas caminatas tan largas como llevaderas, en el camino no solo apreciamos una gran cantidad de saltos y cascadas desde muy cerca, sino que también pudimos ver otra especie de tucán, monos cappuccino y más de los benditos coatís, que estaban en todos lados donde podía haber comida.
Finalizaron las excursiones, comimos, recorrimos un poco las casas de suvenires y volvimos al hotel a disfrutar de los leones ganando una nueva medalla dorada para la delegación Argentina.
El viernes era el día “libre” teníamos pensado ir a Minas de Wanda, Ruinas de san Ignacio, la ciudad de Monte Carlos entre otras cosas, pero la lluvia era verdaderamente dura.
Fuimos a las Minas de Wanda, caminamos unas 13 cuadras por tierra colorada hasta llegar al lugar exacto, casi un turismo aventura, ya que la tierra ahí suele ser muy resbaladiza y más aún con la lluvia torrencial que caía ese día.
El recorrido ahí adentro fue bastante breve, observamos algunas de las minas donde extraen piedras preciosas y terminamos como siempre, recorriendo la casa de recuerdos, aunque en esta oportunidad, eran cosas muchos más bellas y delicadas. Tomamos un colectivo de línea hasta la terminal y un micro que nos dejó nuevamente en Iguazú alrededor de las 14hs, compramos algo para comer, fuimos al hotel, mientras la lluvia no nos daba tregua, y nos quedamos ahí, comiendo y durmiendo durante casi el resto del día, por la noche se pudo disfrutar un poco más, fuimos a comer a un restaurante con show musical en vivo y una comida exquisita.
Para el último día, nos esperaba el viaje a Ciudad del Este para recorrer un poco, conocer y comprar algunas cosas, la lluvia no dio tregua ni siquiera en el país vecino, por lo que al finalizar la excursión en horarios del mediodía, volvimos al hotel mojados y decidimos ir a caminar un poco la ciudad pese al clima y conocer el hito 3 fronteras, pudiendo visualizar, estando en Argentina, a Paraguay y Brasil en una misma esquina.
Luego de la recorrida, volvimos al Lobby del hotel, donde miramos la final de Brasil Alemania en Futbol Masculino, hasta que nos pasaron a buscar, para llevarnos al aeropuerto y volver a casa.
Eso decía el pronóstico para los 4 días en los que iba a estar en Iguazú.
Por primera vez iba a subir un avión y al parecer no sería en las mejores condiciones climatológicas… y así fue.
En el viaje, sobrevolaba las nubes y veía por primera vez a las ciudades desde otra perspectiva, podía observar como abajo nuestro, en la oscura noche, destacaban grandes relámpagos en lo que probablemente era una tormenta eléctrica.
Luego de disfrutar el vuelo, llegamos a tierra firme a las 7 de la mañana con 18º de temperatura en el ambiente, si bien se notaba que la lluvia también había llegado horas antes, la brisa cálida hacia esperar un clima un tanto diferente al previsto.
Ese día nos pasaron a buscar 13:35hs por la puerta del hotel, con un sol radiante y 29º. nos fuimos a conocer las famosas Cataratas del Iguazú del lado brasilero.
Una belleza inexplicable con palabras, es algo que las fotos e imágenes pueden llegar a mostrar, pero nada a comparación de vivirlo. El lado brasilero es un recorrido corto, de menos de 2hs, pero se pueden apreciar decenas de cataratas y saltos que se encuentran del lado Argentino, con una vista única e inigualable.
Al día siguiente la lluvia había llegado, si bien era de forma aislada y débil, se hacía notar.
Nos despertamos a las 7am ya que 45 minutos más tarde nos vendrían a buscar, fuimos a desayunar a falta de 10 minutos de la llegada del micro y observamos una mesa repleta e inmensa de variantes para desayunar, lo hicimos rápido y nos fuimos a recorrer Cataratas, pero esta vez del lado Argentino.
Llegamos temprano y ya se veía mucha gente, el guía nos comentó, en el camino a la primer parada, que tenían un mínimo de 100 días de mal clima al año en esta zona del país y que no nos preocupemos por la el lluvia, mientras hablaba y caminábamos, en las ramas de un árbol pudimos observar una bellísima ave, con un pico que resaltaba del verde monocromático del bosque, contemplamos 1 de las 5 especies de tucanes que habitan el Parque Nacional. Siguiendo el camino llegamos al primer objetivo, La Garganta del Diablo, desde una vista mucho más elevada que del lado brasilero, se podía escuchar el incesable ruido del agua al caer, con un caudal bien voluminoso, una belleza para cualquier persona en la faz de la tierra.
Luego fuimos a recorrer el sendero superior y por último el inferior, unas caminatas tan largas como llevaderas, en el camino no solo apreciamos una gran cantidad de saltos y cascadas desde muy cerca, sino que también pudimos ver otra especie de tucán, monos cappuccino y más de los benditos coatís, que estaban en todos lados donde podía haber comida.
Finalizaron las excursiones, comimos, recorrimos un poco las casas de suvenires y volvimos al hotel a disfrutar de los leones ganando una nueva medalla dorada para la delegación Argentina.
El viernes era el día “libre” teníamos pensado ir a Minas de Wanda, Ruinas de san Ignacio, la ciudad de Monte Carlos entre otras cosas, pero la lluvia era verdaderamente dura.
Fuimos a las Minas de Wanda, caminamos unas 13 cuadras por tierra colorada hasta llegar al lugar exacto, casi un turismo aventura, ya que la tierra ahí suele ser muy resbaladiza y más aún con la lluvia torrencial que caía ese día.
El recorrido ahí adentro fue bastante breve, observamos algunas de las minas donde extraen piedras preciosas y terminamos como siempre, recorriendo la casa de recuerdos, aunque en esta oportunidad, eran cosas muchos más bellas y delicadas. Tomamos un colectivo de línea hasta la terminal y un micro que nos dejó nuevamente en Iguazú alrededor de las 14hs, compramos algo para comer, fuimos al hotel, mientras la lluvia no nos daba tregua, y nos quedamos ahí, comiendo y durmiendo durante casi el resto del día, por la noche se pudo disfrutar un poco más, fuimos a comer a un restaurante con show musical en vivo y una comida exquisita.
Para el último día, nos esperaba el viaje a Ciudad del Este para recorrer un poco, conocer y comprar algunas cosas, la lluvia no dio tregua ni siquiera en el país vecino, por lo que al finalizar la excursión en horarios del mediodía, volvimos al hotel mojados y decidimos ir a caminar un poco la ciudad pese al clima y conocer el hito 3 fronteras, pudiendo visualizar, estando en Argentina, a Paraguay y Brasil en una misma esquina.
Luego de la recorrida, volvimos al Lobby del hotel, donde miramos la final de Brasil Alemania en Futbol Masculino, hasta que nos pasaron a buscar, para llevarnos al aeropuerto y volver a casa.
